La danza de diablos

Habrán muchas danzas cajabambinas
pero es primero, la “Danza de Diablos
quizá debiera ser puesta en retablos
con sus pasos de filigrana fina.

Su máscara de rostro angelical
lleva cuernos y pañuelos dorados,
con chicote y sus vestidos bordados
flores mil en ramo primaveral.

Con zapatos y lentejuelas elegantes
son sus guantes y collares muy blancos
como blancos sus pensamientos santos
como nívea su devoción constante.

En cada esquina de la Plaza de Armas
frente al atrio de la parroquia hermosa
hacen gala de su baile y su prosa
danza primorosa que llega al alma.

El público en aplausos generosos
a rabiar agradece con cariño,
pasmado ríe y goza como un niño
Dios y María bendicen dichosos.
Autor: Luis Castillo Sánchez

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