La botella borracha

Aun sigo con sopor vertiginoso y con mi lucidez enclenque, miro hacia fuera del bus y estoy viendo a una mujer rubia “la gringa”, como vino al mundo, debe ser aquella que tanto hablan los choferes que la encuentran a altas horas de la noche y les pide que lo lleven. Yo no creo en estos cuentos, pero me está pasando en este instante, debe ser por tener este malestar. Aun tengo presente cuando por primera vez sentí estos síntomas. Traigo la caja de cerveza, ¡siii!, todos. Aquí está. Ahora todos reunámonos alrededor y pongan la botella vacía al centro y háganla girar ¡botella borracha, botella borracha,…!. Te señala la botella Romeo, a la una, a las dos,… tienes que acabarla, y cumplir tu penitencia, ¡sécala…! gluckk…, gluckk…, ¡Ufff! la terminé. Su estado de ánimo cambió completamente y fue el hazme reír durante la noche. Ahora como penitencia vas a tener que contar todas las estrellas, una, dos,… Seguía contando mientras los demás continuaban girando la botella, ahora tu turno “Pigui” tu vas a imitar al profesor de historia,… Romeo deja de contar las estrellas, nunca vas a terminar, gira la botella, es tu día de suerte Romeo, gluck…, gluck…, terminó y de pronto se desplomó al piso. Todos rieron a coro. Ja, ja,… Romeoo… que te pasa, no botes tu cena,… wuack, wuack. Mono, ya le pasará solo es su primera ves, déjenlo descansar. Después de este aconteciendo me contaron que me llevaron a casa, salió mi madre se molestó mucho. ¡Desgraciados que han hecho con mi hijo! ¡Hijito,… que te pasa! Mono, señora ahora su hijo es todo un varón. Mi madre me llevó de inmediato al hospital. Que tiene mi hijo enfermera, señora su hijo está borracho solo llévelo descansar. ¡Cajamarca, Cajamarca,… quien baja…!. Que bueno por fin llegamos a Cajamarca…

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