El gallo pituco - parte II

[- Primera parte de del gallo pituco]
Después de recuperado “el gavilán” don Roberto pidió la revancha, no acepté, él era insistente y me presentó una apuesta atrayente, si ganaba pituco el me daría al gavilán con dos gallinas, quise consultar a mamá y no lo hice porque ya sabía su respuesta, a ella no le gustaba el dinero fácil. Ante esta tentación acepté la apuesta, pero tenía que ser un lugar neutral donde mamá no pueda tener noticias de esta pelea, el lugar fue el “Agropecuario”, me fue difícil coger al pituco del corral, estaba pesado, me dio pena y no quise ir al encuentro, pero como mamá decía hay que dar crédito a nuestras palabras, hice de lado la pena, llamé al mono y nos pusimos en camino. Don Roberto llevó a sus amigos que me miraban con ironía, pensaban que estábamos jugando y

burlándose de ellos y todas las puestas eran en contra del pituco, me molesté ya que yo no tenía que apostar, como la condición era que yo solamente lleve al pituco. Nos dimos la mano antes de empezar la pelea de los gallos, hablé al pituco en vos baja, vamos pituco tu puedes…. demuéstrales ¡carajo…! que tu finura es del carácter no de la estirpe. Empezó la pelea, primero embistió pituco pateando al gavilán tres veces seguidas, después se detuvo, su forma de pelear de pituco era peculiar, lo dejó atontado al gavilán después le dejo a el que embista, así estuvieron un buen tiempo, y cuando pensaban que el gavilán ganaba, el pituco sacó la reserva de sus fuerzas y embistió, cuatro patadas seguidas el gavilán corrió y el pituco, repitió la misma escena del corral, fui al pituco lleno de lagrimas, ganamos, ganamos… ¡carajo…! El público se quedó estupefacto, todos vinieron a darme la mano…