La Navidad: nacimiento de la reconciliación

Por: Guillermo SILVA RODRIGUEZ
La Navidad tiene su origen cristiano y celebra el nacimiento de Jesucristo en Belén, ciudad palestina situada al sur de Jerusalén, en los montes de Judea. Con el pasar del tiempo, este acontecimiento importante en nuestras vidas, se ha transformado de su carácter religioso, a un encuentro familiar y comercial.


Actualmente, es costumbre el intercambio de regalos, se creó al Papá Noel o Santa Claus, se decoran Nacimientos (Pesebres), se envían o regalan tarjetas de Navidad, se cantan villancicos, se prepara el árbol de Navidad y se asiste a la Misa del Gallo.

Nos damos cuenta también que, es el mejor período para los comerciantes, porque la gente compra regalos, viaja, se preparan para las reuniones que se realizan en los lugares de trabajo, los Restaurantes y las cenas navideñas. Un gran comercio, un gran lucro.

Los cristianos celebramos la Navidad y la mayoría de ateos aprovechan de este celebración, por los días feriados, para una convivencia familiar. Entonces, es principalmente una reunión de familias, donde los niños y adolescentes esperan los regalos con entusiasmo e interés y algunos adultos también.

Entendemos por familia, a las personas que nos crían, nos forman y que nos orientan sobre la vida humana, en especial durante los primeros años que, no tenemos el uso de la razón. Pero, así mismo vemos como se desintegran muchas familias, sobre todo por cuestiones económicas. Este nexo familiar se pierde por este factor, el dinero y es una triste, deplorable realidad. Una falta de respeto a nuestros semejantes, en una vida tan corta.

Analicemos igualmente la situación actual en nuestra región de la sierra norte y recordemos también desde que, los infelices e ingratos conquistadores llegaron al Perú, especialmente a nuestra región de Cajamarca, la riqueza de nuestros recursos naturales, principalmente el oro, se han convertido como en una maldición para nuestra gente, nuestra raza y población: enfrentamientos, conflictos, tristeza.

Es preciso remarcar, como sería de extraordinario que, la “familia peruana” viva unida y progrese, con todos sus integrantes. ¡Que trabajemos en equipo! ¡Que seamos solidarios! ¡Que seamos felices! Pero me parece que, todavía es una utopía, un sueño. Nos acabamos, nos destruimos entre nosotros mismos. Nos criticamos con alevosía, con burla, sarcasmo y nos olvidamos de pensar positivamente, constructivamente. No es necesario pensar en comprar una “bomba atómica”, porque como repito, nos destruimos solos.

Por esto, el titulo de este artículo, el nacimiento de la reconciliación, del perdón, el tiempo de las disculpas, de aprender amar y saber compartir. Es el momento de terminar con la envidia, el egoísmo y dejar de pelear, de criticar, unos contra otros; sembrando en nuestros corazones la paz, el espíritu de solidaridad, el cariño a todas las personas que están en nuestro alrededor. Esto, nos dará como consecuencia una mejor vida para toda la población peruana, que sea de calidad y durable. ¡Regalemos amor y repartamos felicidad! Esos son mis deseos para ustedes mis paisanos y compatriotas.

Y desde mi “chocita” en el Valle de Condebamba (muy cerca al Río Negro) en la Provincia de Cajabamba, Cajamarca, (donde estarán: Elvia, Christiane, Isabelle, Jean-Marie-André, Luzmila, Oscar, Amanda, Richard, Sabina, Carlos, Gamaniel, Adriana, Walter, Alex, Rosa, Elena, Hebert, Gloria y Vicky) les auguramos:

Feliz Navidad!,
Joyeux Noël (francés),
Wesolych Swiat Bozego Narodzenia (polaco).


FELICIDAD!! (AUTOR DEL ARTÍCULO Y ESPOSA)

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