Encuentro con mi tierra

Pude conciliar el sueño cerca de la Grama y pude ver con ensoñación al río Crisnejas. Llegué a Cajabamba y desperté de manera suave, pero mi reacción fue perpleja ya que no podía identificarme con esta nueva realidad, me acompañaba un sopor vertiginoso. Me costó salir de esta pesadez, descansé un poco, después me puse de pie y bajé, quería besar a la tierra que me vio crecer, pero estaba inhibido por las personas que me rodeaban, entre esta gente pude divisar a la fémina que me había acompañado durante el viaje, ella pudo ser una buena musa para Sabogal, lástima que no sea pintor y que se haya ido.

Ante una movilidad rápida que ofrecían los mototaxistas, decidí caminar con mi equipaje lleno de regalos, ahora podía reconocer las calles por donde pasaba, era como si volviera por los mismos pasos que un día di, reconocerme en ellos, mi memoria se actualizaba y mis recuerdos se cuajaban. Se respiraba el ambiente navideño, algunas casas todavía tenían prendidas sus luces navideñas, esperando que el niño Jesús naciera. Recuerdo cuando era niño y nosotros vivíamos este espíritu navideño.

-Romeo, dime Alex, mi mamá va a hacer un nacimiento en casa y también va ha haber pastorcitas y pastores, ya están ensayando "el Gringo", "el Tuco", Sandra, Sara,…
-¿No te animas a formar parte de ellos?, lo voy a pensar, pero te puedo ayudar adornar el nacimiento.
-Ahora mismo necesitamos adornos para el nacimiento y mi mamá quiere que nosotros vayamos al valle a traer salvaje, ¿te animas a ir?
-Voy a consultar con mamá-, vamos sé que ella va a querer.

Por la noche preparamos nuestro fiambre, madrugamos y nos pusimos en camino con nuestro fiambre y los costales para el salvaje…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario