Historia de La Marinera: ¿Cuándo llegó a Cajabamba?

En Cajabamba se ha convertido en uno de los eventos más importantes "La Marinera Norteña" cada año en octubre, durante las celebraciones de la Santisima Virgen del Rosario.

En nuestro Perú antes del año 1790 se practicaron bailes como el “Don Mateo y el “Punto”. Años más tarde, y como antecedentes de la marinera, el Mozamala, Zanjuriana, Zamacueca, Zamba, Cueca, Polca de Cajón, Marcito, Ecuador, Chilena, Zanguarana, Lariate, Landú, Londú, Lindú, Fandango, Mismis, Zambulando y Zambras.

La Zamacueca tuvo bailes progenitores como el Penalivio, el Zango, el Sereno y el Fule; prohibidos éstos durante la colonia por obscenos, pero fueron devueltos y permitidos en su praxis.
El 14 de febrero de 1879 desembarcaron sin la menor resistencia en el puerto boliviano Antofagasta, tropas chilenas, poniendo el invasor punto final a sus relaciones diplomáticas con Bolivia. En este marco pre-bélico de euforia esperanzada de reafirmación nacional y de orgullo patrio, periodistas, poetas y músicos limeños decidieron poner punto final a los bailes conocidos con el nombre de “chilenas” bautizándolas con el de “marineras”.

Fue el huamachuquino Abelardo Gamarra Rondo “El Tunante”, quien se inspiró en determinadas razones para implantar en el Perú la marinera. La primera razón fue la época de su nacimiento, evocando la toma de Antofagasta por los buques chilenos: Cuestión Marina. Su fuga será arrebatadora, llena de brío, endiablada como el combate de las dos escuadras, si llega a realizarse: Cuestión Marina. Por todas estas razones, El Tunante creyó por conveniente crear La Marinera. La que hizo fortuna una vez iniciada la guerra con chile, el 05 de abril de 1879.

Durante esta guerra la marina peruana llamaba la atención del mundo entero, el pueblo se hallaba vivamente preocupado por las heroicidades del Huáscar; porque el balance, movimiento de popa (parte posterior de los barcos donde va el timón y las cámaras) de una nave gallarda, dice mucho con el conteo y lisura de quien sabe bailar como se debe, “El Baile Nacional”. Las hazañas de Grau y de todos nuestros marinos le darían renombre perdurable.

Abelardo Gamarra, en su libro “Rasgos de Pluma” (1899), reivindica con todo derecho la paternidad del nombre de la marinera, a la que también llamó en nota de prensa, “El Baile Nacional” y ya no emplear el nombre de “Chilena”.
BOLIVAR NO BAILÓ MARINERA
Cuando Bolivar estuvo en Cajabamba (junio 1824) Fue invitado a la Pampa Grande a una saca de papas, acontecimiento al que concurrió la crema y nata de la ciudad, quienes dieron  sobresaliente nota de boato. Entre las damas estuvo la hermosa linajuda Chepita Ramirez, con quien el Libertador bailó una zamacueca, más no marienra como sostienen algunos. Entiendase que la marinera tiene recién su punto de partida en 1879, al inicio de la guerra con Chile, gracias al Tunante, Abelardo Gamarra.

La marinera se sabe que llegó a Cajabamba en las postrimerías del siglo XVIII. Conforme pasaba los años este baile gustó a todos, por ello se baila en las reuniones familiares y en los acontecimientos sociales.

Las fiestas sociales en Cajabamba antigua comenzaban con la clásica "cuadrilla de lanceros" (desaparecida por el momento), luego se bailaban cadenciosos valses, las saltarinas polkas, y luego a la madrugada y como de remate de fiesta la marinera.

Hay marinera Cajabambina, huamachuquina, otuzcana, por los elementos que entran en ella, por su estilo local, recatado o erótico, según el ambiente. la dama con especial salero y coqueteo, con su recio ondular de caderas, con picante gracia y voluptuosa intención tienta afrodisiacamente vuelve a huir, siempre sin presentar la espalda; mientras su mirada incita y ruega, promete y rechaza, sin olvidarse de levantar, graciosamente la falda con la mano izquierda. En cuanto al varón  el fuejo que crepita en su arrebato apasionado y tierno, trinfador y vencido, la besa con la mirada rendida, con más razón, cuando la marinera dice: "Fuego Violento, mi alma la llama no se apaga ni con el viento".

La marinera que se baila en Cajabamba es con banda de músicos, también con guitarra, voces, cajón y palmas. Esta tiene su fuga o remate. Cuando el zapateo es bueno la concurrencia pide ¡otra!

La primera marinera que publicó El Tunante, y que se hizo popular, fue “La Antofagasta”, dedicada al Chico Terencio, seudónimo de Pedro Antonio Varela, asiduo periodista y compañero inseparable de Gamarra. Campeones de la marinera nos cuentan su experiencia en los diversos concursos.

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