Pintor Nestor Madalengoitia Valera - Cajabamba


El neovanguardismo en la plástica también tiene referentes a cajabambinos que han trascendido por sus estilos, uno de ellos es nuestro paisano Néstor Madalengoitia Valera. A pesar de haber nacido en Lima, vivió y estudió en Cajabamba, y aquí, cuando cursaba la educación secundaria en el ex INEI 15, despertó su interés y afinidad por los cuadros del pintor neerlandés Rembrandt y del cubista Picasso. Luego, viajó a Lima para estudiar artes plásticas en la Pontificia Universidad Católica del Perú y conocer todas las tendencias universales de este arte.

Actualmente, Néstor radica en Poughkeepsie, Nueva York, donde sigue haciendo arte a su manera. Para él, el medio, la técnica (la tiza, finta china, carboncillo, lápiz, acrílico y óleo), no interesa para hacer pintura; lo que prevalece para él es la imagen en relación con el sujeto a quien se representa. Para ello utiliza patrones visuales como símbolos y palabras para determinar la forma de la persona que se representa y que, en cierta medida, simbolizan rasgos de su personalidad, donde o interesa leer las palabras, sino la óptica con la que se presenta el cuadro, esta forma particular que enmarca su estilo de hacer e interpretar la plástica él lo ha definido como Paternismo.

El año 2013, Néstor regresó al Perú y visitó Cajabamba en el mes de octubre, durante la noche del jueves de toros de nuestra fiesta patronal, aprovechó el momento para plasmar con su estilo y la técnica del acrílico, justo en la puerta principal de la Sala de Convenciones Natividad, el rostro de José Sabogal. Tres horas fueron suficientes para concluir la obra y eternizar su estilo y el rostro de nuestro egregio pintor, de quien admira cómo presenta la forma y expresión de los personajes en sus obras.

Néstor respeta lo folclórico; sin embargo, su obra va más allá, su caprichosa conceptualización innova dinamiza a la plástica como una nueva propuesta estética. No le interesa vender más cuadros o hacer pintura comercial y sensacionalista, sino el haber logrado la satisfacción y trascendencia con su propuesta que-ahora algunos de los que fueron sus alumnos tratan de recrearlo.

 A nosotros no nos queda más que agradecer por su atención y deferencia para que el primer número de nuestra revista Pluma Cultural lleve en la portada su tan significativa obra y disfrutar de sus últimos trabajos de la Taichiparacas que constan de 90 pinturas, inspiradas en los mantos Paracas, tejidos aproximadamente año 200 a. C. por los pobladores de esta cultura preinca.

Extraído de la revista Cultural: Pluma Cultura, edición N°1.
 






 

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