Concluida su educación secundaria en el colegio José Gálvez Egúsquiza, se matriculó en la Normal Superior Regional de Bellas Artes José Sabogal Diéguez en nuestra provincia de Cajabamba, donde estudió desde 1964 a 1970. Allí se volvió a encontrar con su compañero de infancia, Antonio Acosta, con quien competian dibujando las cabezas de perro y cobrando los medios centavos a sus compañeros de estudios en la primaria.
Sin embargo, ya culminada su carrera, el ejercer la enseñanza en la gran Lima le costó las peripecias que muchos provincianos tienen que pasar: no le cancelaron de cinco meses de trabajo, por lo que tuvo que abandonar los pinceles y lienzos para cambiarlos por el combo y el fierro en la transformación de carrocerías, quehacer que le ocupó diez años de su vida.
Pero sus impulsos interiores se habían detenido y se transportaban a su máxima pasión que era siempre la pintura. Entonces, decidió participar del Concurso Nacional Intercomunidades Industriales en 1975, donde ocupó el primer puesto y fue becado para seguir estudios de artes plásticas en la Escuela Superior Autónoma Nacional de Bellas Artes del Perú, en Lima. Allí tuvo como maestros representativos a Francisco Izquierdo López y Félix Rebolledo, además a Víctor Humareda Gallegos quien le daba clases particulares junto a otros compañeros en una cochera. Con ellos aprendió a madurar y perfeccionar su estilo y fueron sus principales influencias en su pintura.
Actualmente, Raúl Salaverry tiene 76 años, vive en el caserío de Parubamba, ha ganado en algunas ocasiones el Concurso Nacional de Pintura Rápida José Sabogal Diéguez que realiza la Municipalidad Provincial de Cajabamba; sigue haciendo pintura y enseña a algunos niños que constantemente le visitan, algunos tienen los medios centavos para pagar por las clases que desarrolla, pero otros no, lo hacen con una buena sonrisa, un buen apretón de manos. Lo importante es que sigan plasmando los paisajes dejando huellas.
Texto: Revista Pluma Cultural, edición N° 01, Octubre 2020.
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